viernes, junio 04, 2010

SER ESCRITOR

                                                                   

Cuando escribes puede ser por varias razones: amor, tristeza (mayormente esos dos factores) o por un sentimiento cualquiera, porque quieres dar a conocer algo a alguien o quieres escribir sobre ti y escribir por escribir, porque quieres hacerlo, porque te apetece o porque simple y llanamente quieres gastar la tinta de tu pluma y el papel que has comprado y escribir.


Siempre ocurre eso, que un cierto día, el menos pensado, dices “quiero escribir” y te la das de un gran sabio de la literatura y fumas mientras piensas (mientras te inspiras dirás tú) sobre qué vas a tratar y vas probando ese pisco que te compraste porque dijiste que “los escritores cuando escriben beben y fuman y así quiero ser yo”.


Ya vas como una hora así: te sirves un poco de pisco, bebes mientras vas pensando y sigues bebiendo y sigues pensando, fumas mientras vas pensando y sigues fumando y bebiendo y pensando y sigues sin escribir una sola palabra pero eres un escritor porque bebes pisco mientras piensas y fumas un cigarrillo también; por eso eres un buen escritor, fumas y bebes y te inspiras y haces las tres cosas a la vez y no escribes ni una puta palabra pero no importa nada de eso porque tú eres un gran escritor.


Ahora sí, tienes algo en la cabeza y hasta se mueve sola tu mano (no malinterpretar por favor), el cuaderno y el lapicero te está esperando desde hace tres horas porque has estado pensando (no, perdóneme usted señor escritor, se ha estado inspirando, claro, inspirando) y entonces ordenas bien lo que quieres escribir y lo plasmas, poco a poco y despacio al papel (aún sigues con el cigarrillo en la mano y el pequeño vaso de pisco, con una segunda botellas más, en la mesa llena de nada) y escribes lo que te dice tus adentros y escribes lo que sientes y lo que acabas de ver y sigues escribiendo algo más que recordaste y sigues escribiendo que no te gusta lo que escribes pero así mismo escribes y sigues escribiendo que eres un gran escritor y que no te gusta lo que escribes pero así mismo sigues escribiendo y sigues escribiendo y al ver tu hoja con todo lo que has escrito dices “esto no me gusta, no quiero ser escritor” y cierras el cuaderno malhumorado y maldiciendo, sales por la ventana y ves a tus amigos yéndose al parque, te olvidas te todo y vas con ellos. Al día siguiente quieres ser nuevamente escritor, un gran escritor, sirves el pisco de siempre y prendes el cigarrillo y bebes y fumas mientras te inspiras y cuando vas a escribir no te gusta lo que has escrito, rompes la hoja, maldices y te vas. Al día siguiente igual y al siguiente igual y cuando te preguntan que “¿qué te gusta hacer o te gustaría ser?” tu respuesta sin pensar mucho es “yo escribo, poemas y novelas y cuentos y son muy bonitos y es que soy un escritor, sí, un muy buen escritor."

1 comentario:

Carla V. Argote dijo...

Fabri, mi amigo! cada vez que leo alguna creación tuya quedo mas encantada que la vez anterior, como ya te dije tienes talento! que bueno que sepas explotarlo. Sigue asi ;)