domingo, febrero 17, 2013

LA COSA ES QUERER

La cosa es querer mucho, querer con ganas, con ganas locas, pero sin llegar a la locura. Aunque a veces querer con locura es bacán, cool, recontra chévere, pero no es algo que me quite el sueño. La cosa es también que te quieran, y que lo sepas. La cosa no es escribir que te quieren. La cosa es que te quieran. Simplemente que te quieran más, mucho, poco, pero que te quieran. Y cuando lo escribes es porque la cosa es que no te están queriendo. O sí. Pero poco, muy poco, poco y nada. Pero a veces, también, la cosa no es hacerse preguntas. Que si te quieren. Pues no lo sabes y listo. Más bacán. A lo secreto. Más cool. Sólo querer sin saber si te quieren o no. Tú quiere. No conjugues más. El verlo querer déjalo tranquilo. Hazlo tú, y no esperes. Ejecuta, jugador.

La cosa no es hacerse el dolido. La cosa es llorar por dentro si algo sientes y reír para seguir queriendo. La cosa es reír. Y llorar, pero sin que te vean. No seas huevón. La cosa no es que te vean. Es que te conozcan. La cosa es que si te conocen, no actúes. La cosa es que quieras naturalmente. No mientas. La cosa es que si te conocen y actúas, eres un completo y triste huevón. Y ella lo sabe.

La cosa es querer. Que no te importe lo demás. Si algo dicen, si murmuran, si callan, si ríen. Que te resbale. Eso, no interesa. La cosa que sí interesa es que quieras de verdad. Que si te gusta, quieras. Que si quieres, no mientas. Que si piensas en mentir, entonces eres un huevón más. La cosa no es ser huevón. La cosa es que piensen que eres huevón, estúpido, mediocre, saco largo, porque, simplemente, quieres con ganas, con ganas locas, con furia contenida, con la pasión que te sale por los poros. La cosa es amar desenfrenadamente. La cosa es gritar para que todo el mundo lo sepa. Es gritar y cagarse de la risa. La cosa, claro está, es gritar por amor, jubilosos, inflando el pecho, parándonos en firmes, mi soldado.

La cosa es decirle te amo, diariamente, a la chica que amas. Si la amas. La cosa es decirle perdóname, mi vida, cuando sientas que de verdad hace falta unas disculpas para seguir amando. Porque no se deja de amar así porque sí, de la noche a la mañana, porque me picó un mosquito, o porque pasó la más rica del barrio. Amor es una cosa loca. Amar, es una cosa loquísima, una cosa que te saca del cuadro, que te hace pensar en segundos y sonreír al despertar. La cosa es esa, amar sin pausas, en cada momento, en cada instante. Claro, la cosa es el instante.

La cosa es escribir cuando quieres. Si un escritor se enamora, la persona a la que le escribe no muere jamás. La cosa es no pensar en morir. La cosa es vivir. Y soñar. La cosa es amar. Y seguir soñando. La cosa es seguir escribiendo. La cosa, entonces, es querer escribir cuando se quiere, porque si se quiere tanto como se escribe… La cosa, es querer. Ya está. Sin pensar. Sin preguntar. Sin ciencias. Sin doctores. Querer y punto. La cosa es decir te quiero sin miedos. La cosa es, querer y escribir porque se quiere. Porque se ama. Porque se sueña. Esa es la cosa, al fin y al cabo, sin ton ni son, sin  blanco ni negro. La cosa es la cosa. Simple y llanamente.

No hay comentarios: