JDC
Diez Canseco pellizcaba la muerte con rabia y frustración. Con
dolor desde una mesa de hospital porque el cáncer lo tenía postrado, como él
nunca quiso acabar. Con cojones, porque defenderse ante tantos ineptos que le
indicaban tal por cual. Así esperaba el final de su existencia activista y
corajuda.
Tenía un caminar cojo cuando aparecía en televisión defendiendo
alguna causa noble. Siempre luchó por los de abajo, por los progre que siempre
los cobijaba con consejos para que nadie se burle de ellos. Fue uno de los
pocos políticos decentes que se embarraba los zapatos en arenales de Villa El
Salvador o algún cerro de Comas. Y hacía, y siempre fue honesto, y no robaba…
porque con Diez Canseco, ese dicho popular que
robe pero que haga, no iba, no le cuadraba al Doc, porque el que lo conocía
tenía el mejor concepto de él, porque él sí respetaba al Perú.
Defensor de gays y lesbianas. Defensor del MHOL. Gio Infante,
presidente de la institución, escribe en su cuenta de Twitter, que él entró al
Partido Socialista a los 17 años y Diez Canseco lo incentivó para que entrara
al MHOL. Le vio ‘acción’ al muchacho que ahora le llora a mares al cojito bueno
de ojos caídos que lo defendía desde el timón del barco de la libertad de sexo
en nuestro país.
Y cito lo que escribió César Hildebrandt es su semanario:
Pudiste ser rico, Javier: abogadazo,
jurisperito de multinacionales. Elegiste ser modesto. Y alegre. Porque a ti la
cumbia te va bien y las chelas también y el goce puro del momento, de lo más
bien. Pudiste ser Robespierre pero preferiste ser un hombre fiero con la
palabra y amable – por lo general – con quienes no estaban de tu lado.
Ahora, descansa en paz. Javier Diez Canseco ha levantado su voz en
señal de protesta, pero no le ha alcanzado. Se ha ido para esperarnos, para
seguir dándonos cátedra de un poco de política decente, de esa actividad que
humildemente, Javier, ejecutaba sin aspavientos, sin chiches, sin estar bien a
la facha, ni a los lentes, ni a los chalecos gorilones.
Un izquierdista que sí parecía izquierdista, pero no radical. Un
izquierdista que sabía escuchar al pueblo y a los opositores con los que sabía
fajarse, sin miedo, sin burlas. Un ziquierdista que sabía escuchar, atentamente,
a los derechistas que lo querían embarrar. Ahora la derecha, el fujimorismo,
Aldo Mariátegui y todos quienes lo lapidaron, quizás, la tengan fácil. Lo más
seguro es que lo extrañen. Lo más seguro es que él estará viendo todos los
menjunjes que harán, a partir de esta noche triste y fría, contentos, debajo de
la mesa, porque ya no habrá quien levante la voz y diga esto está mal, esto no
se hace, esto es robar, esto no es política.
Descanse en paz.
Lima, sábado 04 de mayo de 2013.
2 comentarios:
Grande javier, uno de los últimos tribunos y hombres decentes que tuvieron nuestro país, descanse en paz y que viva siempre en nuestra memoria
Su cojera de la cual te pronuncias en casi todos los parrafos, se debe a un polio que sufrió desde el 1er año de nacido.
Era buen pobre, ya que vivió muchos años en San Martin, durmiendo en cama sin colchón
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