A ti, mierdita linda.
¿Por qué serás así? Esa es la interrogante que me tiene huevón (como tú también me tienes), día y noche; aunque debo aceptar que hoy, ni llegué a pensar en eso, porque la cagaste al llegar que ni tiempo me diste para contemplar tus estupideces y volverme a preguntar como el pan de cada día. Ahora lo confirmo y saco mis propias conclusiones, lógicas y con la purita verdad: eres así porque no te cogen ni te cogerán nunca, nunca te han dado, claro, porque tu carácter de mierda, lamentablemente, es así, cosa que yo no tolero, por eso de esta noche no paso, me largo.
Juego a ser el chiquitín respetuoso cuando llegas. Te saludo con la sonrisa pendeja de siempre. Creo que aún no te das cuenta. ¡Jódete!, digo siempre, pienso siempre, y tú, claro, jode que te jode, carajo, que por aquí, que por allá. Tú no eres el puto mundo, no vives sola en este mundillo de mierda. Mira a tu alrededor y si un zambo se te para (y se le para) en frente, algún día, por el amor de Dios, que te haga el favor, full hardcore baby, para que dejes de joder tanto o alguito ¿no?
Digo que jodes como mierda, porque comes mierda, y eres mierda. Gracias totales.
Vamos, no te falto el respeto, y si lo hago, pues menos mal que nunca te enterarás de estos cortos pensamientos, nunca leerás esta crónica maldita dedicada a ti, con mucho amor ja ja, porque como vives sola en tu mundillo de mierda y todo te parece la purita mierda, mi blog, por consecuente, te parece la mayor cagada, y mis palabras, y mis con ajos y cebollas, putamadre, te queda más chico que el pene que algún día te comiste, por eso no te gustó y te inclinaste por las tuyas.
Entonces no eres mi fan o fans, y menos mal que nunca lo serás. Doy gracias por eso.
Ojalá que tu mierda sea tuya para siempre. Que no se te desprenda y vaya a parar al lado en que yo esté. Y es que tu mierda, ni la de nadie, deseo. No quiero hablar mierda. No quiero ser una mierda. Cómo tú. ¡No te soporto!
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