Hoy he aceptado que soy loco. Que soy loco y de remate. Que soy loco y sonso. Que soy loco y sentimental. Que soy loco y demasiado celoso. Que soy loco y un poco maricón, un poco loca.
1
Despierto muy temprano. Pienso que tengo que ducharme y vestirme y arreglarme e ir al instituto. Son las nueve de la mañana y pienso que debería empezar con todo lo que había pensado, lo primero, ir a darme un duchazo. Me paro de la cama y camino hacia la ventana, abro la cortina y un día nublado me sorprende, “que clima para más raro y la mierda”, pienso. Decido no bañarme. Sólo me lavo la cara como gato y, como huevón que soy, al jabonarme, un poco de jabón entra a mis ojos y comienzo a gritar como una loca desesperada, me echo agua, mucha agua y después de dos minutos me siento un poco mejor. Sé que soy un poco dejado con mi persona, mi mamá siempre me lo recuerda. Me visto pero no me arreglo como vieja que se emperifolla tres mil horas. Unas zapatillas negras, un short verde y un polo plomo tirando a sucio es el conjunto de hoy. No me importa mucho cómo me vea cuando me voy a estudiar. Mas hoy, el short no me gustaba pero era el único short limpio que tenía. No me sentía bien, así que busqué otro short entre la ropa sucia y encontré uno, plomo, con un hueco en el lado derecho. Me lo puse y me quedó bien, así que tranquilo fui a estudiar. Fui a estudiar de plomo tirando a sucio y nadie dijo nada o yo no me percaté que rajaron. Por lo menos nadie se dio cuenta que mi short olía a los mil demonios y nadie dijo nada o yo no me percaté que rajaron.
2
Desde hace una semana que mi nona me había dicho que mi primo vendría y desde ese día estuve como loco esperando su llegada. Junior llegó de Trujillo el martes. Yo esperaba con ansias su llegada. Había barrido mi cuarto después de dos meses para que no se dé cuenta que soy cochino y dejado. Vino con mi tía, Narda, siempre alegre y activa. Mi primo ha venido a Lima porque tiene que operarse de un tumor en la nariz que allá en Trujillo no puede operar o no quieren operar o no se sienten capaces de operar. Desde el martes no duermo solo. Desde el martes salgo todos los días a pasear. Desde el martes siento que debo de salir más seguido con amigos. Desde el martes hablo poco y nada con la chica que me gusta. Desde el martes soy un poco más feliz y un poco más triste. Han pasado cuatro días desde que mi primo llegó y estoy como un loco sentimental recordando todas las noches al verlo dormir y roncar tanto aquellas épocas en Trujillo cuando casábamos mariquitas en el parque que está (Junior me dice que todavía está ahí pero desarreglado) al frente de la casa de mis tíos, hermanos de mi nona. Quisiera seguir recordando aquellos viejos tiempos, cuando tenía nueve o menos, mirando a mi primo dormir en un colchón que tira al piso porque “durmiendo aquí no me da tanto calor”, dice y sonríe y yo pienso que me quiere decir que soy un cagón por dejarlo dormir en el piso.
3
Saldré a pasear con Junior. Saldré después de mucho tiempo. Mi mamá no me dice nada porque le digo que Junior quiere conocer Chorrillos y entonces lo llevaré ahí, se queda muda y sólo me mira cuando me voy al baño a ducharme. Cuando salí de la casa me sentí libre, nunca había tenido esa sensación tan rara, como si nunca saliera, en verdad nunca salgo, seguro por eso. A Plaza Lima Sur no lo noté diferente y eso que no voy a comprar allí todos los días. Soy un poco aburrido y un mal guía turístico, así que lo llevé a mi primo a conocer ese centro comercial, ¿qué divertido no? Comimos donas y tomamos café, y caminando por el patio de comidas una rica pizza nos hizo ojitos, compramos y devoramos, así fue, comprábamos y tragábamos. Creo que sólo fuimos a comer. Yo compré una bolsa de pan de esos que venden allí y que tanto me gustan saborear con una gaseosa heladísima. Saliendo de ese caótico lugar me crucé con Street, un rapero peruano del grupo Rapper School, mi preferido nacional. Saben que amo el rap, saben que el rap me llena y produce en mí emociones diversas y a montón, locas, indescriptibles. Street estaba con su mujer y con su pequeña hija. A primera vista no pensé que fuera él pero lo quedé viendo un momento más y volteó y ahí confirmé que era el rapero de mi grupo favorito. Lo vi alejarse de mí, nunca lo llamé. “Él es Street, él es”, le decía a primo mientras más se alejaba y no lo llamaba. Lo perdí de vista y un grupo de muchachos comenzaron a correr a la dirección adonde él se iba y yo ahí, como un huevón. Llegué a mi casa y puse una canción de él, la mejor, “Turno Tarde”, la vieja escuela, con Norick, Warrior y Deportado y escuchando esa canción aún me sentía afuera de Plaza Lima Sur viendo a Street alejarse de mi vista y yo, como un cojudo, parado, sin hacer nada, preguntarme: ¿le hubiera pedido una foto, no?
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Soy loco, lo sé. Y un poco amariconado y celoso y posesivo y sentimental. Soy raro, lo sé. Quiéreme y verás. Punto final.
4 comentarios:
Hola:
Muy interesante el artículo.
Acabo de publicar mi primer libro, solo que en un blog. Creo que puede suponerse el porqué. Es totalmente gratis, visítelo:
www.lacoloredad.blogspot.com
Hola , nicolas, claro lo visitaré.
Un abrazo, espero que pase pronto por acá.
BV
Me pareció algo sarcástico y divertido, me gustó tu texto, regresaré, besos
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