A, Thalia Tenorio,
la mujer con quien camino mis días.
la mujer con quien camino mis días.
Un te quiero
recorre todo mi cuerpo, no puede salir, quiere pero no puede, no hay ninguna
dificultad física, simplemente no puede. Un te
quiero se hace el loco dentro mío y no quiere salir, no, no quiere, se hace
el que no sabe, no conoce, no siente, y después en la noche fría, como la de
hoy, me caga la cabeza y me hace pensar en ella, en esa chica que si mi te quiero escuchara, me haría feliz o me
vapulearía con su indiferencia llamando nuevamente a la tristeza (y por ende, a
la soledad), compañeras que ya había pensado decirles: “chicas, perdón, pero
quiero ser feliz” y ya no contar más con su compañía.
Esto es para ti, perdón si te enamoro: Me gusta tu caminar.
Me gustan tus ojos. Me gusta tu mirar.
Es que tu carita llena de ilusiones y sueños me tiene loco, me ha vuelto
loco, me enloquece la vida cuando en las mañanas te encuentro, por ahí, pensando,
sola.
¿Leerás esta cursi crónica? De repente sí, de repente no, de
repente alguien te cuenta que he escrito algo estúpido, una indirecta recontra
directa y que es para ti, quizás, ojalá sea así, aunque no creo, no soy tan
leído, mi amada.
Y vamos de nuevo con ese te
quiero loco, inquieto, con ganas de conquistar, con la ilusión de ser
aceptado y escuchado, como un susurro, en el oído tuyo. Y vamos de nuevo con
ese te quiero que quiere que sólo lo
escuches, nada más, si surge algo, bueno sea, pero él es sincero, ese te quiero habla con la verdad, ese te quiero es la verdad, mi verdad.
Y ahora me echo a la cama a pensar, escuchando Camila, y
viendo el humo del cigarro que fumaba, volar y sostenerse por los aires como
diciéndome, vamos, haz algo, dile todo,
grita ese te quiero, maricón, y yo siento eso, pero no puedo, siento que no
debería hacerlo.
Cuando mañana te vea, como todos los días, no te diré nada,
sólo te contemplaré, así te diré cuánto me gustas, te contemplaré muchas horas,
como hoy, en la mañana, y no te darás cuenta, como hoy, ¿me viste? no te creo,
espero te des cuenta, algún día, hermosa. Quizás, quién sabe (solo el falco de
arribita), ese te quiero se escuche
mañana, es que no puedo más, no sé, estoy loco, por ti, claro está. Quizás, mi
amor, ese te quiero, si lo escuchas,
hará que tus ojos se dirijan donde estoy yo, pero yo, hablando en serio y
enamorado, quiero estar dentro de tu corazón. Nada más. Eso te quería decir y,
claro, ese te quiero, siempre.
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