UNO
Mi chica me ha dicho que me ama. Yo le
digo que la amo también, que es lo que sale de mi corazón y que, por eso mismo,
se lo digo. Reímos por el teléfono. Es mi chica, la chica que quiero tener
siempre. Me encanta, me encanta, mis ojos brillan, me encanta. Nos molestamos.
Jugamos a molestarnos. Y en serio decimos que no que sí, que sí que no, y
entonces cuando nos decimos algo nada es en serio y volvemos a reír, juntos,
abrazados. Te miro y te susurro al oído, me
encantas, cada día más y más, mi amor.
DOS
Mi chica me ha dicho que soy un niño. Dice
que tengo actitudes de un niño, de un bebé de un añito, hasta de menos, que me
falta chupón y biberón y la hago linda. Soy
tu niño, le digo. Se queda callada, se molesta y me lo hace saber, pero sé
que se quiere reír, lo sé, y también sé que quiere decirme, yo también soy tu niña y así como una
niñita llorona y engreída me vuelves más
loco, mi amor.
TRES
Mi chica me ha dicho que porqué nunca
voy a su casa. Me ha cagado, con esa afirmación, sí que me ha cagado. Casi
nunca o nunca voy a su casa y no encuentro los motivos convincentes para
decirle porqué casi nunca o nunca voy a su casa. Yo siempre voy y tú nunca vienes, me dice. A veces pienso (sé, con
toda seguridad) que detrás de todo esto, o sea y mejor dicho, de detrás de todo
lo que me dice, que porqué casi nunca o nunca voy a su casa, sé, digo, que su
mamá está detrás diciéndole (ordenándole) que vaya, que porqué no voy, que
porqué ella siempre tiene que ir a verme y yo casi nunca o nunca voy, y bla bla
bla. No vienes porque eres un flojo de
mierda, agrega. (Sé que esa frasecita si es de mi chica). De vez en cuando es bueno ser flojo,
pienso, pero de vez en cuando, no como
yo… y acepto que no voy a su casa por ese único motivo y ella lo sabe y
ella sabe más cosas de mí, por eso te
adoro, mi amor.
CUATRO
Mi chica me ha preguntado si también
me gustan los hombres. A diario, la interrogante es la misma. No tomo desayuno,
pero esa interrogante es como mi pan de cada día. Siento que tú y Diego…, me dice, con un gesto de no sé qué, de no
sé cómo. Me asusto. Me quedo callado, soy
como un niño dormido, así como la canción romanticona, de pura lágrima.
Siempre me quedo callado. Siempre, los nervios me ganan, las manos me sudan, la
lengua se me traba, no escupo palabra alguna. A diario, siempre descubres algo en mí que ni yo sabía, mi vida; por
eso me encantas, me vuelves loco, por eso te adoro, mi amor.
1 comentario:
me da mucha felicidad que hayas encontrado el amor y que seas muy feliz. y sobre si eres gay, eso no importa asi se enamoro de ti, y todos te queremos seas o no, solo se tuu.
ALEJANDRA.
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