martes, noviembre 22, 2011

LA CHICA QUE AMO


UNO
Mi chica me ha dicho que me ama. Yo le digo que la amo también, que es lo que sale de mi corazón y que, por eso mismo, se lo digo. Reímos por el teléfono. Es mi chica, la chica que quiero tener siempre. Me encanta, me encanta, mis ojos brillan, me encanta. Nos molestamos. Jugamos a molestarnos. Y en serio decimos que no que sí, que sí que no, y entonces cuando nos decimos algo nada es en serio y volvemos a reír, juntos, abrazados. Te miro y te susurro al oído, me encantas, cada día más y más, mi amor.
DOS
Mi chica me ha dicho que soy un niño. Dice que tengo actitudes de un niño, de un bebé de un añito, hasta de menos, que me falta chupón y biberón y la hago linda. Soy tu niño, le digo. Se queda callada, se molesta y me lo hace saber, pero sé que se quiere reír, lo sé, y también sé que quiere decirme, yo también soy tu niña y así como una niñita llorona y engreída me vuelves más loco, mi amor.
TRES
Mi chica me ha dicho que porqué nunca voy a su casa. Me ha cagado, con esa afirmación, sí que me ha cagado. Casi nunca o nunca voy a su casa y no encuentro los motivos convincentes para decirle porqué casi nunca o nunca voy a su casa. Yo siempre voy y tú nunca vienes, me dice. A veces pienso (sé, con toda seguridad) que detrás de todo esto, o sea y mejor dicho, de detrás de todo lo que me dice, que porqué casi nunca o nunca voy a su casa, sé, digo, que su mamá está detrás diciéndole (ordenándole) que vaya, que porqué no voy, que porqué ella siempre tiene que ir a verme y yo casi nunca o nunca voy, y bla bla bla. No vienes porque eres un flojo de mierda, agrega. (Sé que esa frasecita si es de mi chica). De vez en cuando es bueno ser flojo, pienso, pero de vez en cuando, no como yo… y acepto que no voy a su casa por ese único motivo y ella lo sabe y ella sabe más cosas de mí, por eso te adoro, mi amor.
CUATRO
Mi chica me ha preguntado si también me gustan los hombres. A diario, la interrogante es la misma. No tomo desayuno, pero esa interrogante es como mi pan de cada día. Siento que tú y Diego…, me dice, con un gesto de no sé qué, de no sé cómo. Me asusto. Me quedo callado, soy como un niño dormido, así como la canción romanticona, de pura lágrima. Siempre me quedo callado. Siempre, los nervios me ganan, las manos me sudan, la lengua se me traba, no escupo palabra alguna. A diario, siempre descubres algo en mí que ni yo sabía, mi vida; por eso me encantas, me vuelves loco, por eso te adoro, mi amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me da mucha felicidad que hayas encontrado el amor y que seas muy feliz. y sobre si eres gay, eso no importa asi se enamoro de ti, y todos te queremos seas o no, solo se tuu.
ALEJANDRA.