miércoles, mayo 02, 2012

BUEN DÍA PARA LOS CHAMBA



Feliz día para don Marcial que vaya a saber uno dónde está y que trabajó por años, que vio crecer a mi madre cuando iba a diario por algún dulce y ahora me saca de apuros cuando visito el barrio donde crecí. Feliz día para sus hijos, Samuel y la china, que empiezan en este oficio. Feliz día para la señora María, que se levanta a las cinco para llegar a las seis al mercado a abrir su puesto muy concurrido. Feliz día para Antonio, que vende bolsas negras, caminando siempre mostrando una sonrisa Colgate por todo el mercado. Feliz día para Juanita, que me corta el pelo como estilista de top models. Feliz día para Roberto, muchacho de mi edad, que vende juguetes para mantener con vida a su madre que postrada en la cama de un hospital, no pierde las esperanzas.

Feliz día para Azucena, madre soltera que da la espalda a cuanto pendejo pase, para darle de comer a sus cuatro niños. Feliz día para Julio, que cuida el barrio donde crecí. Feliz día para Sonia, que me vende el diario y las revistas cada quincena. Feliz día para Rigoberto, que siempre tiene un nuevo chiste en una bolsilla de yuquitas calientes. Feliz día para doña Carmen, que si trabajara de mirona, sería millonaria.

Feliz día para los obreros. Feliz día para esos señores panzones que tiene el ya pe en la punta de la lengua y que levantan sacos de deshechos por un cariñito, varón. Feliz día para los profesores. Feliz día para los arquitectos, que se desvelan haciendo un plano, para que los palos verdes se los gasten  como si nada. Feliz día para Pichi, que hace lo que sea para mantener ese cuerpo flacuchento lleno de tatuajes. Feliz día para Pepito, un niño que no pasa los seis y que vende caramelos cuando el semáforo se pone en rojo. Feliz día para Franco, que se divide siendo vigilante y stripper. Feliz día para Yanni, que cuida la noche chorrillana con una chata de ron en el canguro. Feliz día para Carlos, un taxista que siempre me recoge del instituto por encargo de mi papá. Feliz día a don Juan, un zapatero renegón que arregla lo que yo pienso botar; feliz día para su señora, que lo acompaña siempre y que se traga todas sus rabietas de viejo estéril.

Feliz día para el policía que le pidió una coima a un turista español en plena carretera al norte, y al otro que cincuenta metros más adelante hizo lo mismo. Feliz día para todos los policías del Perú, que cobran poco pero que se las buscan por otros lados. Feliz día para los taxistas que son ingenieros; feliz día para los taxistas que tienen cartón. Feliz día para los que lavan los carros en los estacionamientos. Feliz día para aquel pendejo que se pasea por esos estacionamientos para apropiarse de lo que está mal parado. Feliz día para los mototaxistas; feliz día para aquellos dos que quisieron apropiarse de algo mío ayer en la noche, pero que sintieron obstáculos en los gritos de mi novia. Feliz día para los choferes de combi, y para los cobradores con los que me peleo por el pasaje. Feliz día a los ladrones. Feliz día a los alcaldes. Feliz día a los funcionarios. Feliz día a los políticos que tienen aceite en la cara. Feliz día a los que roban, porque, seamos sinceros, es también una chamba.

Feliz día para los profesores, para los que me aguantan, porque eso es chamba. Feliz día para los barrenderos. Feliz día para los heladeros, que con un viejo triciclo y con cuarenta grados de sol, llevan centenares de helados que ni tocar pueden. Feliz día para los militares, para los que se están rajando en la selva peruana llena de mierda. Feliz día para los Bomberos, porque para huevones siempre ellos. Feliz día para los futbolistas. Feliz día para los sicarios del Callao. Feliz día para los doctores, en especial para los cirujanos. Feliz día para los cocineros. Feliz día para los artistas. Feliz día para Susy Díaz, que sabe lo que le da ingresos. Feliz día para los comediantes. Feliz día para los payasos. Feliz día para los actores. Feliz día para los que venden flores. Feliz día para los cantantes, y para sus representantes. Feliz día para las Tremendas de la Cumbia. Feliz día para Sabina. Feliz día para los escritores. Feliz día para los periodistas.

Feliz día para mi padre, que se quema las pestañas en un trabajo nocturno. Feliz día para mi madre, que contesta llamadas con insultos y ella trata de arreglar las cosas. Feliz día para mi nono, que algún tiempo de verdad se sacó la mierda y no es recompensado. Feliz día para mi tío Carlos, que es economista y trabaja en el Estado como Contador. Feliz día para su esposa, que con una firma gana más de dos palos mensuales.

Feliz día para Ollanta Humala, que va cumpliendo lo que prometió. Feliz día para Susana Villarán, que trabaja sentada y hablando con la prensa cada cinco días.

Feliz día para los que me faltaron. Feliz día para los que sobraron. Feliz día para el joven que dejó los estudios para trabajar. Feliz día para los que la sudan. Feliz día para los que desde una oficina hacen millones. Feliz día para los que lloran por unos centavos. Feliz día para los que despilfarran la plata en minutos. Feliz día para los que tienen responsabilidades. Feliz día para los que el dinero se les va orinando. Feliz día para los jefes. Feliz día para tantas personas, pujantes, que hacen patria. Feliz día.

1 comentario:

Isaac Oré dijo...

Buena columna en homenaje a los que trabajamos.