Gráfico por Gonzalo 'Bakteria' Maiz.
Diseño por Alan García. (@agarsal)
Crónica por Fabrizzio Velaochaga. (@conajoscebollas)
I
Tu santo es el jueves. Cumpleaños a ti, que los
cumplas muy feliz. Aún recuerdo el día que naciste, blanca como ninguna,
gordita, cachetona, y ahora mírate, cumples once, ya eres una señorita, y ahora
debo caminar con rifle ¿no? Digo nomás. Ajo erda uta.
II
Tu santo también es el jueves. Cumpleaños a ti,
aunque no te pueda ver, aunque estés más alto que todos. Sé que siempre estás
ahí, te siento. Te siento cuando me siento a escribir, siento tu mano recorrer
mi cabeza, como peinándome. Siento tu presencia en el dormitorio que sigue
siendo tuyo, aún están tus cosas, tus colonias, tus cremas, aún están ahí,
reposando si quieres usarlas en las noches tranquilas cuando yo duermo en la
que aún es tu cama.
III
Recuerdo que de pequeña jugabas a despertarme a
las seis con treinta, en punto, te metías a mi habitación y me jodías con
cachetadones hasta que abriera los dos ojos, recién ahí te ibas, sonriendo,
pícara. Tenías tres o cuatro. Recuerdo tus ojazos grandasos, y esos cachetes
que parecían de hámster, parecías un conejito. Eras lo primero que veía cuando
despertaba, muy temprano. Me hacías la jugada, te ibas sonriendo, yo te seguía
la risa y me volvía a tapar, y me quedaba dormido dos horas más.
IV
Ahora duermo en tu habitación. Sé que sabes que
ahora vivo en tu casa, en el departamento que cuidaste como un palacio,
hermoso, elegante. Ahora yo trato de seguir la chamba que inculcaste: agarrar
la escoba, primero la cocina, prender tu velita, darle de comer a Diana, al
Negro, limpiar la arena del Negro, tender la cama, trapear la cocina, abrir las
ventanas, las cortinas, jugar con Diana, no molestar al Negro, barrer el
cuarto, prender un incienso de Canela,
los que te gustaban, olores fuertes; una manita de gato a los muebles y trabajo
terminado por hoy. Es la rutina, tu rutina. Yo solo me muevo, me dejo mover, tú
sigues siendo el capitán del barco, yo soy un simple marinero que obedece y
ejecuta.
V
Cuando vivía en la casa de mi mamá, siempre te
decía gordita o chanchita, de cariño, claro. Eras una bolita, y lo decía por
joderte un poco la vida, además somos hermanos y eso se hace, es una costumbre mundial
de hermandad, del mayor al menor. Ahora, el tiempo pasado, ya no eres la
gordita, la chanchita, si a veces te lo digo es porque aún te veo como la niña
espesa que me despertaba jodiéndome el sueño, ahora eres una señorita, cumples
once, pero pareces una chibola de diecisiete, y eso es lo que me pone más
saltón, digo nomás. ¿Rifle o cañón?
VI
Las lisuras que salían de tus bellos labios rojos
eran un chocolate que le ponía dulce a mi vida. Dulce y sazón, digo. Ajos y
cebollas, mejor. Rumba y sabor, siempre. Esas lisuras que me despertaban en one
y hacían que me pare derechito y no camine como jorobado, que me siente erguido
para comer como se debe, como niño educado, como debe de ser. Esas lisurillas
que hacían que esté proactivo, de aquí para allá, de allá para aquí, un dos, un
dos, un dos, siempre listo, mi comandante. Y tú reías, me mirabas, y volvías a
sonreír, no hagas muecas que así quedará tu cara, carajo, me decías, con esa
voz que extraño pero que a veces la siento cuando la tranquilidad de la noche
se asienta en el dormitorio donde escribo y escribo, como loco.
VII
Ahora peleamos como perro y gato. Ya no vivimos
juntos. Voy una vez a la semana y a veces dos o tres, pero más no. La cosa
ahora es diferente, pero igual sigo con el rifle y le pregunto a mamá que cómo
vas, que qué tal la escuela, y todo eso. Dice que estás rebelde, y lo noto. Yo
también era así. No tienes que hacer renegar a mamá. No tienes que hacer lo que
yo, malditamente, hice. No tienes que ser como yo, please.
VIII
Te saludé el año pasado en el velorio de tu
hermana. Ese momento estrujó tu alma y corazón. También estrujó mi corazón. Te
di un beso en la mejilla y fue como si no estabas. Fue raro, me sentí raro,
estabas rara, el momento fue raro. No sabía si decirte feliz día, o siento
mucho lo que ha pasado. Fue raro. Rarísimo. No sabía si estar contento, o
triste, o las dos cosas al mismo tiempo, o nada y simplemente mirar, pasmado.
Rarísimo.
IX
Feliz día, gordita. Siempre te diré gordita. Mi
hermana, una hermosura. Mi gordita. Feliz cumpleaños, chanchita.
X
Feliz cumpleaños, Tata. Donde quiera que te
encuentres, espero estés bien. Trato de hacer mi mayor esfuerzo en el palacio que
sigue siendo tuyo. Desde lo más alto, ponme una nota aprobatoria, please.
Cuídame. Guíame. Y sigue poniendo esas lisuritas en mis labios y en mis dedos,
esos ajos y cebollas que me hacen ver más chabacano, y al mismo tiempo más
dulce, como tú.
1 comentario:
Me puso emo hermano :c
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